C.C. MEDIDAS DE VIVIENDA Y URBANISMO (Fernando Caballero Baruque)
Luchar contra los desahucios con todos los medios a nuestro alcance. Este debe ser un objetivo prioritario de C.C. La vivienda es ante todo un derecho humano y constitucional.
Para alcanzar este objetivo será necesario que las administraciones dispongan de parques de vivienda en alquiler. Las personas desahuciadas recuperarán su dignidad y su condición de ciudadanos.
Para ello se trabajará en cuatro líneas simultáneamente:
- Creando un Registro de viviendas desocupadas, sancionando económicamente y gravando fiscalmente a laspersonas jurídicas, bancos, inmobiliarias o entidades de gestión patrimonial dueñas de viviendas vacías que no las destinen al alquiler.
- En contraposición, estimular el alquiler del parque de viviendas vacías posibilitando acuerdos de arrendamiento entre propietarios y demandantes, incentivándolos fiscalmente, suscribiendo seguros de garantía que cubran a los propietarios el posible riesgo de impago y estableciendo clausulas de arbitraje en los contratos. En esta línea se potenciarán las agencias públicas existentes en los ayuntamientos y en las comunidades autónomas.
- Estableciendo un riguroso control sobre el parque de viviendas vendidas por la administración a los fondos de inversión a fin de que los inquilinos no queden desprotegidos ante sus nuevos arrendadores.
- Constituyendo un “Banco malo” de hipotecas público, rescatando el Estado esas hipotecas con dinero público como antes rescató la Banca. Asumiendo pérdidas y negociando con los usuarios un alquiler social. Somos conscientes de que, para no elevar impuestos, el coste que implica esta medida sólo puede conjugarse con un diferente tratamiento de la fiscalidad, incidiendo especialmente en la evasión fiscal.
- Que la “Dación en Pago”, en caso de tener que llegar a ella, sea la última acción de quien se ve obligado a abandonar la vivienda. Que de ahí en adelante no exista ninguna responsabilidad hipotecaria ni de la persona desahuciada ni de quienes le avalaron la compra.
Los parques de vivienda pública en alquiler incorporarán en los diferentes sectores de las ciudades, núcleos de “viviendas tuteladas”, especialmente acondicionadas para las personas de la Tercera Edad, de modo que puedan seguir viviendo en sus mismos barrios.
URBANISMO:
Nuestro ideario dice expresamente: “Trabajar por el desarrollo de ciudades equilibradas, habitables, seguras y solidarias. Combatir la especulación y la segregación urbanas”. La dignidad humana y la condición de ciudadanos se materializa también en los espacios públicos y en el conjunto de la ciudad.
En el actual contexto de reducción de la población, las ciudades, salvo casos muy puntuales, no crecerán. Las administraciones deberán por tanto controlar que los procesos de transformación y densificación de las áreas urbanas degradadas se lleven a cabo bajo las siguientes pautas:
- Implementando medidas eficaces para mejorar la movilidad. De poco sirve introducir flotas de bicicletas si no se reconfigura el tráfico de las ciudades para que puedan circular sin riesgos. El objetivo último de las bicicletas no es ser un instrumento de paseo para los turistas sino constituirse en un sistema de transporte alternativo, de consumo y emisiones cero, para los ciudadanos.
- Estimulando y abaratando el transporte público, adecuando sus frecuencias al volumen de uso, implementando medidas que mejoren su eficiencia y eliminando el actual sobrecosto para los ciudadanos que deben desplazarse a los sectores más alejados de la ciudad.
- Estableciendo en las zonas centrales de las grandes capitales, áreas de peaje a automóviles privados e incorporando estrategias de “Desarrollo urbano Orientado al Transporte público” (DOT).
- Trabajando sobre los diferentes barrios de manera coordinada e interactiva, aunque teniendo en cuenta sus particularidades espaciales, medioambientales y sociales. Optimizando energéticamente el conjunto de la ciudad e implantando medidas pasivas de urbanismo bioclimático sobre los espacios públicos.
- Liderando un proceso masivo de transformación de las áreas urbanas degradadas, fomentando la rehabilitación del parque de viviendas existente con los máximos niveles de eficiencia energética. Se tardarán años pero las políticas de estímulo a la construcción deben orientarse al riguroso cumplimiento de este objetivo.
- En los barrios más degradados, situados tanto en los cascos antiguos como, generalmente, en la periferia de las ciudades, es donde se concentran los colectivos más vulnerables. En dichos barrios la administración, a través de las Empresas Municipales y Regionales de Vivienda, deberá volcar sus esfuerzos, impulsando fórmulas de participación ciudadana para la toma decisiones conjuntas, fundamentalmente en la configuración de los espacios públicos vecinales, promoviendo actuaciones estratégicas públicas, privadas o mixtas que, progresivamente den lugar a la regeneración social y urbana del barrio, y manteniendo en correcto estado de funcionamiento un sistema integral de equipamientos básicos (colegios, hospitales, centros de día, centros culturales, polideportivos, etc.)
- Tomando las medidas necesarias para prevenir situaciones de injusticia social en los procesos de gentrificación, aprovechando al máximo las oportunidades de desarrollo económico a que dichos procesos dan lugar.
- Proporcionando espacios libres de edificación, zonas de esponjamiento territorial que limiten la huella urbana de las ciudades y pongan freno a su crecimiento. Suelo «no urbanizable» sin que necesariamente tenga que estar protegido.
La Directiva Marco Europea sobre residuos está orientada a producir, consumir, trabajar y vivir con emisiones contaminantes tendentes a cero. La implantación de todo el abanico de medidas a nuestro alcance sobre edificios, espacios públicos, movilidad urbana y reciclaje nos ayudará a conseguirlo, a hacerlo rentable y a convertir las ciudades en “inteligentes” (“smart-cities”). Pero es fundamental la educación cívica.
En este sentido, las administraciones, las empresas y la sociedad civil en su conjunto deben trabajar por «el cambio de valores necesario para asumir que estamos obligados a aprender a vivir bien con mucho menos gasto material». Lo que en términos urbanos, más que urbanísticos, quiere decir: recuperar los valores del ahorro y promover hábitos cotidianos de comportamiento ecologista por parte de los ciudadanos.
Fernando Caballero Baruque
13 Junio 2014