Federico Mayor Zaragoza
- A escala mundial:
- Disolución de los grupos plutocráticos y restablecimiento (establecimiento) de un eficaz sistema multilateral.
- Reforma de las Naciones Unidas: una Asamblea General con un 50% de representantes de Estados, otro 50% de instituciones de la sociedad civil, así como tres Consejos Ejecutivos -de Seguridad, para conflictos y catástrofes; Socioeconómico; y Medioambiental, para cuestiones de salud y medioambientales- sin veto pero con voto ponderado, con la participación y representación que le proporcionen la autoridad moral y funcional que en estos momentos es imprescindible.
- Poner término a los últimos coletazos de la crisis sistémica impulsada por los Republicanos de los Estados Unidos, que sustituyeron los principios democráticos (justicia, igualdad, libertad, solidaridad) por las leyes del mercado, y el multilateralismo por grupos plutocráticos, cuyo estruendoso fracaso en la pretensión de suplir a las Naciones Unidas está a la vista.
- Reducir rápidamente el riesgo de puntos de no retorno en el deterioro medioambiental debido a la actividad humana (antropoceno), adoptando en todo el mundo, sin excepción ni aplazamientos, las medidas que la responsabilidad intergeneracional exige.
- Desarme nuclear: es urgentísimo y debería favorecerse una gran movilización popular en el ciberespacio que termine con esta terrible «espada de Damocles».
- Terminación de los tráficos mafiosos a escala supra-nacional: tráficos de armas, drogas, personas… Regulación del tráfico y consumo de drogas, cuyo altísimo precio carece de efectos disuasorios, considerándose en adelante, al igual que pasa con el alcohol y el tabaco, un problema sanitario y no de seguridad.
- Remodelación de los sistemas económicos, con establecimiento de los mecanismos de regulación global que proceda, la inmediata desaparición de los paraísos fiscales, sin excepción, y la transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo global sostenible, que permita poner fin a la explotación, a los desgarros sociales, a la pobreza extrema, a la muerte por inanición… que hoy ensombrecen la dignidad de la especie humana en su conjunto.
- Promover el adecuado y ágil funcionamiento de las “asociaciones regionales”, como la Unión Europea, la CELAC, la OUA… para facilitar de este modo la gobernación mundial.
- A escala europea:
- Reforma de los tratados de la UE, fortaleciendo la Unión económica y política que no precedieron a la Unión monetaria.
- Si a las eRlecciones al Parlamento europeo no votan más del 60% de la población electoral de cada país, no deberían ser designados parlamentarios…
- Federación política, económica y fiscal.
- Autonomía en materia de seguridad, sustituyendo la OTAN, cuya vigencia después de la desaparición del Pacto de Varsovia no está justificada y cuesta a Europa cantidades totalmente desmesuradas, y dejartodos los españoles con una gran capacidad de autogobierno y unos principios comunes bien establecidos y generalmente aceptados.
- Equilibrada relocalización industrial.
- Incentivos para la I+D+i
- Aplazamiento razonable de los plazos de reducción del déficit, regulación de los flujos financieros y terminante eliminación de los paraísos fiscales.
- Reposición de los principios democráticos para orientar las actitudes de la Unión, favoreciendo el pluralismo cultural, étnico, ideológico y religioso como base de la convivencia armónica, situando a la justicia social en el centro mismo de la política comunitaria, salvaguardando siempre los medios necesarios para la educación, el conocimiento y la salud, y, a través de los incentivos necesarios, el trabajo para todos, conscientes de la nueva naturaleza del mismo, como consecuencia de la deslocalización, automatización, robotización y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. (Ver el proyecto de «Declaración Universal de la Democracia», que cuenta ya con el apoyo de personas de gran prestigio
- A escala española:
- Reforma de la Ley Electoral, impostergable para no seguir manteniendo la funambulesca situación actual, este sentimiento de precariedad representativa de la voluntad de todos los españoles.
- Reforma de la Constitución (en especial el Capítulo 8) estableciendo un Sistema Federal y permitiendo una gran autonomía. La Constitución no sólo deberá ponerse al día serenamente sino que debe aparecer como solución y no como problema, como la Carta Magna de un Estado donde quepan
- todos los españoles con una gran capacidad de autogobierno y unos principios comunes bien establecidos y generalmente aceptados.
- Independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, estableciendo los mecanismos correctores necesarios que permitan, en caso de mayoría parlamentaria, asegurar el papel de las minorías y de la sociedad civil, con un impecable comportamiento democrático.
- Fomento y defensa de la educación, la sanidad y la I+D+i como aspectos suprapolíticos sobre los cuales debe hacerse ver que se está produciendo unos recortes con consecuencias que pueden ser irreversibles.
- Relocalización ponderada de la producción exterior.
- Poner en práctica un gran proyecto de turismo y residencia hacia y en España, sacando partido a la longevidad y a las inigualables características humanas, culturales, climatológicas, naturales, gastronómicas… de la Península y de sus dos archipiélagos.
- Fomento de energías renovables.
- Medidas rápidas y severas que penalicen la insolidaridad tributaria y la evasión fiscal.
- Iniciativas para el trabajo autónomo y de las pymes.
- Gran movilización de la “capacidad-puente” española, por sus insólitos antecedentes, con África, los países árabes y, desde luego, América Latina.
Federico Mayor Zaragoza