Texto extraído de Logia Luz Atlántica
La sociedad civil española es vista desde su entorno comunitario, especialmente, pero mundial también, como un fenómeno extraño en cuanto a su capacidad para absorber todo tipo de golpes sin explotar. Se arguye de todo, pero hay un origen atribuido a esa pasividad que destaca entre los demás, por lo perverso de su enfoque: se trata de la idea de que si no hemos salido a las barricadas es porque tan mal no lo estaremos pasando, gracias a la enorme economía sumergida que circula por este país.
Por un lado, se presupone un status quo en el que los españoles trapicheamos con pequeños negocios extra oficiales, a los que el sistema fiscal es ajeno. Por otro, transmite esa idea una figura desdibujada y descafeinada de lo que acontece, parece que no es tan grave. Y estas ideas corren de boca en boca, auto convenciéndonos de ello, y en cierta medida, sirviendo de respaldo a esa actitud tan conformista como irresponsable de la gran mayoría.
¿Somos los españoles sufridores inagotables, estamos abocados faltamente a un presente tan destructivo y un futuro tan baldío?
Es en este entorno donde surgen personas que no se resignan y que dicen que ya está bien, que esto tiene cambiar radicalmente. Es esa indignación el motor de todo, la carga emocional que hace falta para que la inteligencia de los ciudadanos responsables con su destino y el de su país, con su sociedad en definitiva, se active a la búsqueda de alternativas. Y lo hacen organizándose.
Estos días asistimos a la presentación de otra plataforma, encabezada por intelectuales y activistas de los derechos humanos, la decencia política, la responsabilidad, la igualdad ante la ley, la economía sostenible y social, la dignidad humana.
Su nombre, Convocatoria Cívica, delata ya su primera intención: movilizar. Al fin y al cabo, es el movimiento social mayoritario el que puede hacer la revolución:
“es imprescindible que todas las personas de diversas ideologías y sensibilidades políticas o sociales nos pongamos de acuerdo para forjar una amplia y eficaz mayoría que dé una respuesta contundente, democrática y pacífica a la agresión que estamos sufriendo. Para conseguirlo resulta necesario abrir un proceso de diálogo y convergencia social, lo más amplio posible, asentado en medidas precisas que se orienten a la regeneración política y la reactivación económica.”
No vamos a repetir aquí lo que su web dice de primera mano, nuestra intención es ni más ni menos que suscribir su análisis de la situación y replicar su llamamiento.
D. Federico Mayor Zaragoza, ex director General de la Unesco, el ex juez D. Baltasar Garzón, nombrados aquí por ser los más conocidos, de la mano de un amplio y egregio plantel de luchadores por el destino de este país firman el llamamiento.
Soy la Presidenta de una nueva opción política, que promueve una transformación de la sociedad, desde el empoderamiento personal, regenerando el sistema político hacia una nueva forma de gobierno que se base en actuaciones éticas y en los valores humanos.
Algo se está moviendo, de diversas formas, tenemos el poder para conseguirlo si nos vamos uniendo…