Mi abuelo se llamaba Miguel Romero Castellano nació en Maracena y lo asesinaron en Cádiz
Era un hombre muy trabajador tenía una pensión e iba al puerto a buscar clientes y cargaba con sus maletas, tuvo uno de los primeros coches de Cádiz que usaba también para llevar clientes a su pensión, este coche lo arrollo un tren al quedarse averiado en las vías.
Le dio dinero a su hermano para que se marchara de España y cuando fueron a buscar a su hermano se lo llevaron a él eso al menos es lo que yo recuerdo que me dijeron siendo niño
Ya preso arrojo una carta donde se despedía de su familia, mi padre que apenas tenía 4 años lo único que recuerda de su padre es un señor muy serio que miraba desde lo alto en una pared tras una reja pequeña.
Estuvo en la prisión de Cádiz y después en el vapor Miraflores y nadie supo nada mas hasta hace unos meses que en la pagina todoslosnombres.org encontré que fue asesinado en un “traslado” a la prisión de el Puerto
Aquí podéis ver la información facilitada por
José Luis Gutiérrez Molina
Historiador
«Miguel Romero Castellano, 43 años, industrial dueño de una hospedería, nacido en Maracena (Granada) y vecino de Cádiz en la calle Marqués de Cádiz.
A las 4 de la madrugada del 20 de julio fue detenido en su domicilio por un grupo de dos decenas de guardias civiles y de asalto, al mando del teniente José López Lajarín. Durante el registro encontraron diversas armas: una pistola, que parecía haber sido utilizada recientemente, una escopeta, diversos cargadores y balas de diferentes calibres, pólvora. De la pistola tenía licencia. Tras pasar por los calabozos de la comisaría fue ingresado en la Prisión Provincial de Cádiz. El 29 de julio fue trasladado al vapor Miraflores y, después, tras pasar de nuevo por la prisión, a la Fábrica de Torpedos a mediados de agosto.
Se hizo cargo de las diligencias Tomás Sevillano Cousillas, quien ese mismo día interrogó a Romero ya en el barco anclado en la bahía. Aseguró que tenía esas armas para su defensa y que si todavía no las había entregado era por el azoramiento con el que vivió la situación y los continuos tiroteos que se escuchaban en las calles que le aconsejaron no salir. La policía solo le pudo encontrar antecedentes por una infracción en su hostal. Apenas un día tardó Sevillano en ordenar que debía ser procesado y permanecer encarcelado.
El largo silencio se rompió un año más tarde cuando, desde Sevilla, se preguntó a Cádiz si al detenido se le había aplicado el bando de guerra. La respuesta, firmada por Jaime Puig, fue que el 25 de octubre de 1936 había salido de la prisión de Cádiz, en compañía de otros presos, con destino al penal de El Puerto de Santa María. En el camino el convoy fue atacado por un grupo de desconocidos y, en el tiroteo, resultaron muertos Romero Castellanos y otros presos. La fórmula habitual para describir su asesinato en el camino de Cádiz a El Puerto. No aparece en los libros de enterramientos del cementerio de San José de Cádiz.»
Mi abuelo se llamaba Miquel Tarré Ros. Desapareció en 1939. Se lo llevaron porque su hijo se había escondido para no ir a la guerra. Estuvo en varios campos de trabajo y la última referencia la tenemos de Argelés (Francia). En su memoria erigimos un memorial en su pueblo (Anya – Lleida) y también creamos una página: http://www.enrecuerdode.com, que pretende incluir a todas las víctimas de la guerra civil, posguerra y campos de exterminio nazis. Y también hemos escrito un libro con su historia: GRISES AMANECERES. Hay un sinfín de iniciativas, tanto de particulares como de instituciones, pero desde que hace unos años empecé con ese tema, cada vez me doy más cuenta que pasan los años y estamos haciendo «batallitas» cada uno por nuestro lado. Y allí siguen las más de 3.000 fosas sin abrir, el Valle de los Caídos y a Franco no se le ha hecho ningún juicio, por citar solo las tres que más duelen…