Me llamo Isabel Picorel, estoy sola con mis tres hijos, mi marido ha cruzado las líneas para luchar por la República. El 26 de agosto de 1936 escapo de casa con los niños porque me avisan que van a detenerme. Al día siguiente vuelvo a casa a recoger algunas cosas y encuentro a los falangistas esperándome, me fusilan enseguida en una cuneta junto a tres hombres, no tuve juicio ni abogados ni sentencia, mi familia sigue esperando justicia. ¿Hasta cuándo?