“Porque jamás me desampare la esperanza de tener Libertad” Miguel de Cervantes

En el año en el que se conmemora el 400 aniversario del nacimiento de dos grandes dramaturgos, Cervantes y Shakespeare, he de decir que, en mi opinión, ninguno de los dos genios hubiera urdido una trama dramática, tan compleja y políticamente incorrecta como la que estamos viviendo en España con la detención de los dos artistas del teatro de marionetas, acusados del delito de apología de terrorismo.

El párrafo 2º del artículo 20 de la Constitución española declara: «Se reconocen y protegen los derechos a la producción y creación literaria, artística, científica y técnica». Analizando lo ocurrido con los actores, después de los días transcurridos, me pregunto si no se tratara todo ello de una penalización desproporcionada por parte del poder judicial con los artistas encarcelados, en un contexto de delicadas negociaciones políticas para formar un gobierno alternativo al del Partido Popular.

Creíamos que habitábamos en un Estado de Derecho en el que los Derechos Fundamentales estaban protegidos por la Constitución, pero lo que sucede es que algunas de las cúpulas de los poderes fácticos se renovaron con la llegada de la Democracia, mientras que otras se quedaron rezagadas en el camino tras la muerte del General Franco, como es en el caso del Poder Judicial. En una conversación con un amigo sobre Baltasar Garzón, mi amigo me comentaba algo que el exjuez señaló en una ocasión en una conferencia a la que él asistía: “Mi promoción fue la primera que no juró las Leyes del Movimiento”. Salvo la tasa de reposición por el fallecimiento de sus integrantes, tenemos que tener en cuenta el carácter endémico y endogámico que opera en todas las profesiones, del cual no puede estar exento la misma judicatura.

El fin de semana del 6 al 7 de febrero ya circularon noticias que decían que los artistas avisaron al público asistente de que el espectáculo no era para niños y también se ha constatado que previamente a su representación, la compañía anunció al público asistente que no era apta para menores.  En las declaraciones ante el juez de uno de los detenidos que se han hecho públicas, el detenido declara que la compañía avisó al programador de que la obra les había quedado violenta, que la obra había pasado por la censura previa en Madrid y que no se exhibió la obra original que anteriormente se programó en Granada en dos ocasiones anteriores, sin mención posterior a ella ni en medios, ni opiniones del público asistente.

Teniendo una posición concreta, sabiendo que la obra NO ES PARA NIÑOS, hay que señalar el momento histórico en el que vivimos en España y que Madrid es el escaparate en el que se mira toda la ciudadanía española. En este momento se están celebrando reuniones para concretar un debate de investidura por el socialista Pedro Sánchez, después de que el Presidente en funciones Mariano Rajoy declinara la propuesta hecha por el Jefe del Estado de elaborar el debate de investidura para ser el candidato a Presidente del Gobierno. En un ayuntamiento como el de Madrid donde gobierna Ahora Madrid con mayoría simple y con el apoyo puntual del PSOE, este escándalo debilita la posición de la alcaldesa Manuela Carmena, quien por otra parte es a su vez una ex-jueza muy conocida por su labor jurídica; no obstante, en su primera incursión en política, está pagando el precio de estar rodeada por la gente del común metidos a políticos con más fundamentalismo que talante político. No podemos más que meditar acerca de las obras de Shakespeare y pensar que el autor (gran observador de la sociedad inglesa del siglo XVll tan activa e importante para la Historia europea) fabula con los estereotipos humanos y con sus conspiraciones. Revisar los actores de esta trama y recordarle es todo uno.

Después de haber escuchado las declaraciones de Alfonso Lázaro uno de los autores y actores de la obra al canal de televisión del Granada FC, da la impresión que no solo hay un cartel del que todo el mundo habla, también la obra vislumbra la libertad de la mujer que se revela contra el poder dominante, la obra que denuncia los excesos del poder.

La historia trata de los abusos que el poder comete contra los indefensos y habla de: Un propietario que intenta echar de una vivienda a una bruja ocupa, a la que viola y deja embarazada. La bruja lo mata. Una monja que intenta apoderarse del bebé recién nacido de la bruja. La bruja la mata. La policía, que después de dejar inconsciente a la bruja, la inculpa amañando pruebas como con un cartel enaltecedor del terrorismo.  Y un juez que condena a la bruja a muerte, pero que es engañado por ella y se suicida ahorcándose.

Obviamente por la historia que conocemos de los últimos años acontecida en España, parece que hay mucha gente que se ve reconocida en esta trama y parece también que algunos de los protagonistas desde el viernes 5 de febrero pueden haber actuado con premeditación, alevosía y algunos consideran que hasta con prevaricación, saltándose las garantías a las que todas las personas en España tenemos derecho, desde la altura de su poder.  La misma historia es una obra de títeres donde los autores son anónimos pero los protagonistas están siendo guiados por los hilos de las marionetas del poder, incluida la opinión pública, conjurándose una trama entre los intereses políticos, la judicatura y los medios de comunicación con sus palmeros. No me cabe duda de que esta trama da para que alguno de los grandes autores de teatro patrio contemporáneos conjure junto a Shakespeare y ponga en cartelera la obra “Los titiriteros”, pues tiene éxito asegurado.

 

 

María Pato

Presidenta Asociación Eleanor Roosevelt